Si bien es cierto que estos conceptos pueden integrarse en un mismo tipo de energía en algunos casos, no es lo mismo hablar de energías alternativas, energías limpias y energías renovables. El aspecto que más las une es el hecho de ser todas más sostenibles que las fuentes de energía tradicionales. A continuación, analizaremos las características de estas clases de energía.
Energías alternativas
Como su nombre lo indica, las energías alternativas proceden de fuentes que ofrecen mejores opciones que las energías convencionales. Este tipo de energías se han presentado como la solución a la mayor demanda de energía de la vida contemporánea, derivada del crecimiento de la sociedad. De hecho, el consumo de energía aumenta en proporción directa con el incremento de los índices de progreso y bienestar de la sociedad, y se utiliza como medidor de los mismos.
El mayor consumo de las fuentes de energía tradicionales o clásicas ha llevado a un estado de crisis energética, ya que comienzan a agotarse y, por ende, a encarecer de modo radical. Por ello, dejan de ser capaces de abastecer las necesidades reales de energía de la sociedad. En virtud de que las fuentes de energía tradicionales son limitadas, de no apelar a las energías alternativas se podría llegar a una situación en la cual la demanda no se vería satisfecha, lo que llevaría a una paralización del sistema.
Además de que las fuentes de energía convencionales tienden a agotarse, el uso de la energía procedente del gas natural, el carbón o el petróleo resulta nocivo para el medio ambiente, ya que sus componentes y residuos producen una gran contaminación y el aumento de los gases de efecto invernadero. Esta también es una razón de peso para buscar energías alternativas a las que se usaban de manera extensiva en el pasado.
En realidad, la búsqueda de energías alternativas se inició en la década de 1970 y en aquellos años se comenzó a tomar conciencia de las limitaciones y perjuicios de las energías tradicionales, y de la necesidad de desarrollar otras maneras de obtener energía, más duraderas y menos nocivas. En la actualidad estos medios, más oportunos para conseguir energía, forman parte de la generación energética habitual, y la tendencia es a reducir y, en lo posible, eliminar el uso de las energías que fueron habituales en el pasado.
Por todo lo expuesto se puede definir a las energías alternativas como todas aquellas no procedentes de las fuentes clásicas, como son los combustibles fósiles (petróleo y gas natural), la energía nuclear y el carbón. Además, y para introducir el siguiente apartado, cabe añadir que este tipo de energías son no renovables, porque una vez que se extraen sólo se recuperarían al cabo de millones de años.
Energías renovables
Las energías renovables son las que se obtienen mediante la utilización de recursos naturales como el sol, el viento, el agua o la biomasa vegetal o animal. Estos recursos naturales son capaces de renovarse de forma prácticamente ilimitada, en algunos casos, mientras que otros recursos son potencialmente inagotables. Entre sus muchas propiedades positivas destaca el hecho de que producen un impacto ambiental muy escaso ya que, además de no emplear fuentes que tienden a terminarse, gran parte de ellas no generan contaminantes.
Las energías renovables, entonces, forman parte de las llamadas energías alternativas. En realidad, la utilización de este tipo de fuentes de energía no es un hecho reciente. Han sido aprovechadas por el ser humano desde la antigüedad, principalmente las que provienen del sol, el viento y el agua. Ejemplos de ello son la navegación a vela, el diseño de las construcciones de manera de aprovechar mejor la incidencia del sol y los molinos de agua y de viento.
Como inconveniente de estas fuentes de energía renovables aparece el hecho de que pueden ser inconstantes y no proporcionar energía de manera regular. Por eso, fueron paulatinamente sustituidas por los motores térmicos y eléctricos entre los siglos XVII y XVIII. En aquellas épocas no se podía prever el agotamiento de las fuentes ni otros problemas ambientales que se observaron posteriormente.
Gracias a las nuevas tecnologías, el aprovechamiento de las energías renovables es mucho más extenso, y las ventajas de utilizarlas superan por un amplio margen a sus inconvenientes. Ayudan a fomentar el autoconsumo, su producción es significativamente menos dañina para el medio ambiente y pueden obtenerse incluso en los lugares más aislados. Las fuentes de energías renovables más utilizadas son:
- Eólica. Se aprovecha a través de los aerogeneradores, que se instalan en zonas a las cuales el viento llegue sin barreras naturales. Pueden asentarse en tierra y en el mar. Como inconvenientes presenta que producen un impacto visual en el entorno natural, y que podrían dañar algunas aves, aunque actualmente se realizan exhaustivos estudios para determinar la ubicación de los aerogeneradores y minimizar cualquier impacto.
Solar. Su fuente es el sol, y las principales tecnologías empleadas para beneficiarse de ella son la solar fotovoltaica, que aprovecha la luz del sol, y la solar térmica, que saca partido de su calor. - Hidráulica o hidroeléctrica. Se obtiene mediante embalses que se construyen en ríos y otros cursos de agua dulce. Su faceta negativa es que alteran el cauce de los ríos, tienen un impacto físico en el medio ambiente y pueden alterar los ecosistemas cuya vida depende de estos cursos de agua.
- Energía geotérmica. Es la fuente de calor que se halla bajo la corteza terrestre. Se obtiene de áreas hidrotérmicas, sistemas de roca caliente y recursos de magma. Como desventajas se advierten el impacto en el entorno natural que producen las construcciones para obtenerla, en el olor que desprenden, en que se encuentra en pocas áreas del planeta y en que su obtención podría provocar microsismos.
- Biomasa y biogás. Se obtienen a partir del aprovechamiento de los residuos orgánicos. Su principal ventaja es la reutilización de estos residuos y, en su mayor parte, no producen contaminantes. Sin embargo, en función del recurso que se queme se pueden producir gases que aumentan el efecto invernadero como, por ejemplo, el dióxido de carbono.
- Energía mareomotriz. Se genera a través de grandes turbinas sumergidas bajo el mar, que giran por la fuerza de las mareas. Dicha energía es trasladada a alternadores, para convertirla en energía eléctrica.
- Energía undimotriz. Aprovecha la fuerza de las olas. Tal y como ocurre con la energía mareomotriz, el aprovechamiento de esta energía no produce residuos ni genera gases de efecto invernadero. Sin embargo, tiene un considerable impacto ambiental, tanto acústico como visual y ocupacional.
- Bioetanol. Es un combustible orgánico apto para proveer a la automoción. Se consigue mediante procesos de fermentación de productos vegetales.
- Biodiésel. Se trata de un combustible orgánico que se elabora para la automoción, entre otras aplicaciones, y que se obtiene a partir de aceites vegetales.
Es preciso puntualizar que no todas las formas de obtención de energías renovables son inocuas para el medio ambiente. De hecho, aunque todas las energías detalladas anteriormente son renovables, no todas son limpias, como se puede apreciar al valorar algunas de sus desventajas.
Energías limpias
Las energías limpias se obtienen mediante sistemas de producción que no implican contaminación alguna ni involucran la necesidad de una determinada gestión para deshacerse de residuos peligrosos, ya que no los producen. Las energías limpias son, entonces, las más beneficiosas para la preservación del medio ambiente. Para desarrollar su producción no interviene ningún tipo de combustión o reacción química.
La energía limpia utiliza fuentes naturales. En sentido estricto, se consideran fuentes de energías limpias a la eólica, la hidroeléctrica, la geotérmica, la mareomotriz y la undimotriz. Si bien es cierto, como hemos visto, que generan impacto visual y alguna alteración en ciertos biosistemas, no producen agentes de contaminación ni residuos nocivos para el planeta.
Conclusiones
Como conclusión, observamos que las energías limpias son, a la vez, renovables, y también constituyen las más eficientes alternativas a las fuentes de energía tradicionales.
Actualmente, la tendencia es abogar por la transición energética que conduzca a un uso más extensivo de las energías renovables, para disminuir la contaminación ambiental. Se utilizan combustibles ecológicos, se instalan placas solares en casas e instituciones, además de sistemas de almacenamiento de electricidad, y se está tendiendo a ampliar el parque automotriz eléctrico. Estas acciones son imprescindibles para reducir las emisiones de CO2 y, así, respirar un aire más limpio y saludable, además de frenar el ya visible cambio climático.
En el plano de la electricidad que llega a residencias y organismos varios, se observa también que el mercado ha cambiado. Los consumidores pueden ahora decidir qué tipo de energía prefieren recibir, a través de la elección de comercializadoras que prioricen las fuentes de energía renovables y limpias. El papel que juegan las energías renovables y verdes en la sostenibilidad y en mitigar el cambio climático es absolutamente vital, y las acciones deben empezar por realizar un consumo inteligente, ahorrar energía y reducir el presupuesto familiar.