A priori parecería que tratar del tema de los residuos puede resultar poco interesante. Después de todo, son desechos que se originan al consumir los productos que necesitamos para desarrollar nuestra vida. Sin embargo, al considerar que cada año se producen más de 2.100 millones de toneladas de residuos a nivel mundial, y que tan solo un 16 % de ellos se reciclan, podemos advertir las dimensiones del asunto a resolver. ¿Estamos haciendo lo suficiente para mejorar esta situación, a distintos niveles? O, por el contrario, ¿invertimos demasiado esfuerzo realizando acciones innecesarias? Enfocando la cuestión desde estas ópticas se puede apreciar su relevancia. Y conviene analizarla con mayor profundidad.
Los 5 mitos más extendidos sobre el reciclaje de residuos
En los últimos tiempos, muchas personas han tomado conciencia de la importancia del reciclaje de los residuos que se producen en grandes cantidades en todos los lugares donde desarrollamos nuestro trabajo y disfrutamos de nuestro tiempo libre. A pesar de ello, hay muchas personas escépticas en cuanto a los beneficios de reciclar correctamente los residuos, principalmente porque se han creado varios mitos que, como veremos, se alejan de la realidad.
A continuación nos referiremos a los 5 mitos que más se han generalizado en nuestra sociedad, y cómo actuar correctamente en cualquier caso:
1. Los residuos se mezclan todos en el camión de la basura
Si bien es cierto que podemos ver a un mismo camión recogiendo distintos tipos de contenedores, no es cierto que se vierta todo a un depósito común del vehículo. Los camiones están especialmente preparados para la recogida selectiva de residuos y, por eso, cuentan con un interior dividido en compartimentos que hace posible la recolección de residuos de distinta naturaleza sin que se mezclen. También se cree que los residuos se llevan a plantas de reciclaje donde se mezclan diversos materiales, y esto tampoco es real. En las plantas de reciclaje se sigue un proceso de clasificación y selección de los residuos, tanto mediante sistemas automáticos como manuales. En ningún momento se mezclan los residuos que cada uno se molesta en separar y verter en los respectivos contenedores.
2. Al reciclar en contenedores separados provocamos la pérdida de puestos de trabajo
Hay quien sostiene que, si nos tomamos el trabajo de separar los residuos y llevarlos al contenedor adecuado, se eliminan los puestos de trabajo de quienes deberían encargarse de ello. La verdad es que sucede exactamente lo opuesto. El proceso de reciclaje de residuos es capaz de multiplicar por 10 la creación de empleos, comparado con la acción de eliminarlos en vertederos. Solo la actividad de reciclaje de los envases plásticos y de papel y cartón, materiales que se depositan en los contenedores amarillos y azules, ha creado más de 42.600 puestos de trabajo en España, de los cuales 9.400 son empleos directos.
3. Los nuevos productos elaborados con materiales reciclados son de baja calidad
Este es otro mito que conviene desterrar. Los envases fabricados con material reciclado son tan buenos como los que se elaboran a partir de materias primas vírgenes. Los avanzados procesos de tratamiento de residuos que se desarrollan en la actualidad lo consiguen. De hecho, su uso se impone cada vez más. La reutilización de material reciclado es compatible incluso para elaborar envases destinados a contener alimentos o bebidas para el consumo humano. Este es el caso de las botellas de agua que utilizan plástico PET reciclado en su moldeado. También conviene recordar que los envases de plástico que echamos al contenedor amarillo no solo se usan para crear nuevos envases, sino que también se procesan para aplicar a la fabricación de textiles, vehículos o mobiliario urbano. Numerosas empresas realizan importantes inversiones para investigar y mejorar las técnicas para producir artículos más respetuosos con el medio ambiente, sin restar funcionalidad o calidad. El aluminio, el vidrio y una gran variedad de plásticos pueden ser reciclados estupendamente para fabricar nuevos productos de alta calidad. Y, por supuesto, con el papel y el cartón que se reciclan se fabrican folios, libros, periódicos y cartón para emplear en múltiples usos, con unos resultados excelentes.
4. El reciclaje de residuos implica gastos de energía y agua que lo vuelven poco rentable
En este sentido, debemos pensar en la extracción de materias primas de la naturaleza para la fabricación de productos. Solo al considerar este aspecto se pone en evidencia que utilizar materias primas nuevas supone un coste medioambiental mucho mayor que al emplear materiales procedentes del reciclaje. Si bien es cierto que el reciclado conlleva una actividad industrial, también genera empleo, fomenta la innovación y contribuye a la preservación del medio ambiente. Mediante el reciclaje se impulsa la «economía circular», es decir, los residuos se convierten en recursos y se reduce la extracción de materias primas. Asimismo, gracias al tratamiento adecuado de los residuos como aguas residuales, residuos agrícolas y ganaderos, residuos urbanos o industriales y restos de la poda de árboles o de cosechas, se puede aprovechar el gas metano que producen al descomponerse para convertirlo en una fuente de energía renovable. También hay que considerar que los gastos ocasionados por el transporte de los residuos a una planta de reciclaje es el mismo que al llevarlos al vertedero, y que para fabricar productos nuevos a partir de materiales reciclados se utiliza un 81% menos de energía y de agua que si se producen con materias primas nuevas.
5. No vale la pena reciclar residuos orgánicos, ya que se degradan naturalmente
Los residuos orgánicos son desechos de origen vegetal o animal, es decir, de seres vivos, que pueden degradarse de forma biológica. De todas formas, el reciclaje de este tipo de residuos resulta esencial para evitar un impacto ambiental negativo. Un trozo de manzana, por ejemplo, puede degradarse y ser aprovechado en forma de nutrientes para alimentar nuevos árboles, pero el conjunto de los desechos de toda la fruta que consumimos puede resultar de difícil absorción, en virtud de su volumen, si no se procesa adecuadamente. Estos desechos deben procesarse por distintas razones:
- Normativa legal. La directiva del Parlamento Europeo y del Consejo 2008/98/CE del 19 de noviembre de 2008 sobre los residuos establece que se debe impulsar la recogida y el tratamiento de los biorresiduos para destinarlos al compostaje, y también promover la producción de materiales seguros a partir de biorresiduos. En España encontramos el artículo 24 de la Ley 22/2011 del 28 de julio de 2011, sobre residuos y suelos contaminados. Establece que las autoridades ambientales deberán promover planes para impulsar la recogida selectiva de biorresiduos para utilizar en compostaje o digestión anaeróbica, tanto doméstico como comunitario. Este compost estará destinado a su utilización en los cultivos agrícolas, la jardinería o la regeneración de áreas degradadas.
- Aspectos ambientales. Al transformar la materia orgánica en compost se favorece el ahorro de recursos, se puede mejorar la calidad de los suelos, se reduce la cantidad de biorresiduos en depósitos descontrolados y plantas procesadoras y se disminuye la generación de gases de efecto invernadero.
- Razones económicas. El traslado de los residuos orgánicos hasta los vertederos o las plantas procesadoras origina un canon por dicho concepto. Sin embargo, al destinar los residuos biológicos al compostaje se puede reducir este canon y, en ciertos casos, eliminarlo.
Los grandes beneficios de reciclar correctamente los residuos derriba otros contras que se podrían considerar como, por ejemplo, que se necesita mucho espacio para separarlos o que el reciclaje de los desechos de una casa no va a influir en la mejora del medio ambiente. Cada pequeño gesto cuenta, desde reciclar y reutilizar hasta reducir al máximo el gasto de energía y de agua en cada vivienda, empresa o institución. Solo actuando con responsabilidad en todos los planos podremos frenar el deterioro del planeta y preservar los recursos que van a necesitar las futuras generaciones.