Cada vez más personas toman conciencia de la importancia de ser amigable con el medio ambiente y, por eso, asumen conductas ecológicas, favorecedoras de su preservación. Sin embargo, muchas veces la forma de pasarse a un estilo de vida ecológico puede parecer algo difícil de estipular. En primer lugar, adoptar una manera de vivir verde, que es como se identifica la actitud de ser amigable con el ecosistema, implica la intención de no dañar el medio ambiente y conservar la belleza de sus bosques, sus lagos, sus montañas y los animales que habitan en ellos, y de mantener la biodiversidad de los océanos y la limpieza del aire y del agua, elementos claves para la vida.
La importancia de la actitud verde en la vida cotidiana
Iniciar un estilo de vida amigable con la ecología debe ser mucho más que una simple idea, para llevarse a prácticas reales. En primer lugar, estas acciones deben implantarse en el hogar, el núcleo de la sociedad, para luego extenderse a la comunidad y las entidades que conviven en ella. Es cierto, apagar la luz cuando es innecesaria o clasificar los residuos son acciones muy importantes, pero también es fundamental proponerse cambiar la forma de vida en múltiples sentidos. Y es en este punto donde cobra protagonismo el cambio al consumo de un tipo de energía verde y renovable.
En realidad, hoy podemos acceder a una amplia variedad de productos ecológicos destinados a emprender una vida verde. Nos ayudan a conservar la energía y a disfrutar de un entorno mucho más placentero, con un aire más limpio y ruidos más bajos y tolerables, aspectos que inciden favorablemente en nuestra salud. Para adquirir con naturalidad el hábito de llevar una vida amigable con el medio ambiente, es recomendable considerar tres puntos básicos:
- Poner énfasis en consumir productos que eviten alterar el medio ambiente.
- Actuar para reducir la huella que dejamos en nuestra interacción con los ecosistemas.
- Esforzarse por ayudar y promover las acciones de quienes producen bienes y servicios sostenibles.
Acciones para implementar un modo de vida verde y saludable
Un gran primer paso para organizarse e iniciar un estilo de vida ecológico y sostenible es apostar por el consumo de energía verde. Esta clase de energía se obtiene por distintos medios, y destaca por ser limpia, segura y beneficiosa para la economía del hogar, para mejorar la salud ambiental y para el adecuado desarrollo de todos los ecosistemas del planeta. Descubre todos los beneficios de las energías verdes en nuestro otro artículo, aquí.
Además, es de suma importancia reducir al mínimo la utilización de plásticos. Por ejemplo, es importante evitar el uso de bolsas plásticas al realizar las compras y, en lugar de ello, utilizar bolsas de tela o lona, que son lavables y suelen durar mucho tiempo en buenas condiciones.
Entre las medidas que se pueden tomar para reducir la huella que nuestra vida deja en los ecosistemas es primordial realizar un reciclaje de residuos eficiente. Además, es totalmente necesario reducir, en la medida de lo posible, el consumo de agua en el hogar y el uso de combustibles de origen fósil o nuclear, además de extender estas acciones a las empresas de producción de bienes y servicios. Es muy importante cuidar la forma en la cual nos deshacemos de nuestros residuos. Jamás hay que tirar aceite, pintura u otras sustancias residuales al suelo o en cualquier curso de agua, sino que es menester llevarlos a algún punto limpio o similar que exista en la localidad. Además, como es sabido, durante muchos años se han talado grandes cantidades de árboles para producir energía y distintas materias primas, así que la acción de plantar algunos árboles también será bienvenida por el planeta y por quienes habitamos en él.
La manera de dar soporte a las personas y entidades que abogan por cambiar a un estilo de vida ecológico es consumir los productos que ofrecen. La demanda de este tipo de bienes y servicios va a reducir, en el mediano y largo plazo, la operativa de las empresas que se desempeñen con métodos de trabajo poco amigables con la naturaleza, o que utilicen energías no renovables. Nuestra conducta de consumo les llevará a cambiar sus procesos de producción y a utilizar energía verde, procedente de fuentes renovables y limpias.
Consejos para implicarse en el cambio hacia la vida ecológica
El siguiente listado contiene varias recomendaciones, fáciles de seguir y de concretar, cuyo objetivo es comprometerse con los hábitos sostenibles para alcanzar una mejor calidad de vida:
- Cambiar la empresa suministradora de energía tradicional a un proveedor que disponga de certificado de energía renovable REC. El Renewable Energy Certificate garantiza que cada megavatio hora MWh de la electricidad que proporciona fue generado a partir de una fuente de energía renovable. Estas certificaciones son también conocidas como Etiquetas Verdes, Créditos de Energía Renovable y Certificados Renovables Comerciales o TRC.
- Solicitar información sobre las posibilidades de instalación de paneles solares en el tejado o en algún sector adecuado de la casa o edificio. Si bien es cierto que la inversión inicial puede considerarse algo costosa, la realidad demuestra que su amortización comienza de inmediato, lo cual la convierte en una opción muy rentable.
- Valorar la alternativa de cambiar el coche de combustible tradicional a un vehículo eléctrico o, al menos, híbrido. Además, es importante moverse a pie o en bici siempre que sea posible, o apostar por invertir en un monopatín eléctrico, ágil y limpio, o trasladarse en transporte público preferiblemente impulsado por electricidad.
- Los pequeños gestos y acciones en el hogar también son muy importantes. En este ámbito, la idea es utilizar bombillas LED de bajo consumo, reparar fugas de agua, utilizar cabezales de ducha de bajo flujo, instalar sensores de activación y apagado para las luces, emplear grifos monomando que dispensen una cantidad de agua limitada, desconectar todos los aparatos eléctricos al salir de casa, o los que son innecesarios durante la noche, utilizar aceites esenciales para aromatizar en lugar de aerosoles, etc.
- Instalar un contador inteligente. Se trata de un verdadero electrodoméstico, con diversas funcionalidades. Existen distintos tipos de contadores inteligentes o contabilizadores de energía, y se proponen como medidas de ahorro de energía muy eficaces. En efecto, estos equipos ahorran energía de forma indirecta ya que informan al usuario acerca de sus parámetros de uso y su perfil de consumo en todo momento.
- Elaborar abono orgánico para plantas y cultivos con los residuos de los alimentos. Para ello hay contenedores de distintos tamaños y materiales, válidos para obtener un abono ecológico de alta calidad.
- Comprar productos reciclados. La compra de artículos de segunda mano es una de las maneras de reutilizar diversos objetos como, por ejemplo, bicicletas o teléfonos móviles. También es conveniente adquirir productos realizados con materias primas procedentes del reciclaje de materiales, desde vestimenta hasta agendas de papel. Como ejemplo se incluyen las mantas que se tejen con plástico reciclado de distintos envases y botellas, o con las fibras de prendas de punto en desuso.
- Adoptar el concepto de vida danés hygge, que se refiere a múltiples situaciones cotidianas que inducen a sentirse bien sin prisas, disfrutando de las pequeñas cosas para huir del consumismo.
Una vez que se toma conciencia de la necesidad de adoptar hábitos ecológicos, desde contratar un suministro eléctrico con origen en fuentes de energía verdes hasta la compra de artículos sostenibles, es sencillo continuar descubriendo detalles y aspectos para mejorar la calidad de vida. Además de proporcionar una gran satisfacción personal, este cambio va a redundar en la mejora del entorno y en la conservación de un medio ambiente natural más sano y beneficioso, en todos los sentidos.